
Este relato surgió de mi necesidad de redimir a Olga y el intento de presentarlo a una antología de fantasmas. Espero que os guste.
LA VISION DE OLGA
En vacaciones solíamos pasar el día con el bañador como armadura, viviendo aventuras encima de nuestros corceles metálicos birueda y conquistando campos de olivos a otras pandillas del pueblo.
Hacía unos meses que el campamento rom se había asentado en las afueras, para montar las atracciones de las fiestas, (casetas de ilusionistas, la casa del miedo, los espejos mágicos, brujas zíngaras, remedios para todos los males…)
Algunos de los jóvenes rom solicitaban trabajos de verano en el pueblo. Mi padre, por ejemplo, había contratado a unos primos de Olga para hacer algunas reparaciones en el tejado de casa. Continuar leyendo